«A pesar de los enormes avances en las nuevas pruebas para detectar disruptores endocrinos, la lentitud del proceso de validación, los bajos índices de adopción de la normativa y la falta de pruebas para valorar los efectos importantes pueden obstaculizar la actuación en el marco de la Estrategia para la Sostenibilidad Química de la UE», explicó Andreas Kortenkamp en una reciente entrevista.
Andreas Kortenkamp que es rofesor de Toxicología humana del Centro de Investigación y Política de Contaminación de la Universidad de Brunel, en Londres afirmó: “La nueva estrategia de la UE en materia de sustancias químicas aporta un fuerte sentido de urgencia al desarrollo y validación de nuevas pruebas para los disruptores endocrinos (DE)”.
Dicha Estrategia para la Sostenibilidad Química reconoce que la liberación al medio ambiente y por tanto la exposición de los seres humanos a las sustancias químicas que alteran el sistema endocrino requiere una «atención específica». La estrategia incluye propuestas para crear nuevas clases de peligro para los alteradores endocrinos en el marco del reglamento CLP, (clasificación, etiquetado y envasado de sustancias) así como una categoría de sustancias muy preocupantes (SVHC) en el marco del reglamento REACH. Dentro de esta estrategia de Sostenibilidad Química, la Comisión Europea también se ha comprometido a acelerar el desarrollo y la adopción de pruebas para los alteradores endocrinos.
«Sin estas pruebas, las medidas reguladoras mejoradas para este grupo de sustancias químicas no pueden aplicarse plenamente y seguirán siendo en gran medida fantasiosas«, afirma el profesor Kortenkamp. Los cuellos de botella del sistema impiden actualmente que se utilicen nuevas pruebas con fines reglamentarios. En concreto, faltan pruebas validadas para detectar efectos adversos en el sistema hormonal tiroideo, el desarrollo neurológico, los trastornos metabólicos y la salud reproductiva femenina.
Hace casi una década que el profesor Kortenkamp, experto en disruptores endocrinos y mezclas químicas, fue coautor del informe: State of the Art Assessment of Endocrine Disruptors, un estudio avanzando sobre la evaluación del estado de los disruptores endocrinos que fue realizado por la Comisión Europea.
El informe sigue citándose en la mayoría de los documentos científicos de regulación sobre los alteradores endocrinos. “El campo se ha desarrollado enormemente desde su publicación.” «En muchas áreas tenemos una mejor comprensión de las asociaciones entre exposición y enfermedad, y la investigación sobre sustancias químicas específicas ha dado lugar a una explosión de nuevos descubrimientos, sobre todo en el sentido de una mayor conciencia de los nuevos peligros», afirma Kortenkamp
También se han producido avances interesantes en los nuevos métodos de ensayo desde que se publicó el informe. «Lo que se está retrasando es la validación de estos nuevos métodos. La falta de pruebas validadas lo retrasa todo».
Falta de Inversión
Uno de los problemas es que la validación de los métodos de ensayo a nivel de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) está «mal financiada», Kortenkamp añade: «Los laboratorios que organizan y realizan los ensayos interlaboratorio necesarios suelen tener que encontrar los fondos por sí mismos, además todo el proceso lleva mucho tiempo y es lento «.
El entrevistado identifica dos cuellos de botella importantes en la adopción reglamentaria de las nuevas pruebas de disrupción endocrina.
«En primer lugar, hay una aplicación incompleta de las pruebas validadas de la OCDE para ensayos in vitro relativamente baratos y rápidos». Estos métodos de ensayo están disponibles para las vías de los estrógenos y los andrógenos, así como para otros efectos, pero no están prescritos en los distintos reglamentos que establecen los métodos de ensayo para REACH, el Reglamento de productos fitosanitarios (PPPR) y el Reglamento de biocidas (BPR). Los métodos prescritos actualmente en estos reglamentos se centran casi exclusivamente en ensayos in vivo, afirma el profesor.
La introducción de métodos de ensayo in vitro validados por la OCDE mejoraría considerablemente la situación, si se complementa con estrategias de extrapolación cuantitativa in vitro-in vivo, sugiere. «Con una estrategia de este tipo, podrían ensayarse más sustancias, y los costes de los ensayos podrían disminuir gracias a una priorización eficaz de las sustancias que se prevé que sean activas in vivo sobre la base de los resultados in vitro y la modelización toxicocinética«.
Sistema hormonal tiroideo
Una gran variedad de sustancias químicas de origen humano tienen el potencial de alterar el sistema de la hormona tiroidea, aunque está mucho menos representado en las pruebas que las vías de los estrógenos y los andrógenos, en parte debido a su complejidad biológica. Las hormonas tiroideas son esenciales para muchos procesos biológicos, incluido el desarrollo del cerebro.
El suministro de la cantidad adecuada de hormonas tiroideas al cerebro en desarrollo es absolutamente crucial para un desarrollo adecuado«, explica el profesor Kortenkamp. «En el desarrollo temprano del cerebro, el feto depende exclusivamente del suministro de la madre, porque la glándula tiroidea del feto aún no es funcional. Si el cerebro del feto recibe muy poca hormona tiroidea, se produce una disminución del coeficiente intelectual y alteraciones en otras medidas de la función cerebral. Demasiada, y ocurre lo mismo».
«Esto se ha demostrado en grandes estudios sobre la salud humana. En consecuencia, las sustancias químicas que bloquean la captación de yoduro por la glándula tiroidea inhiben la síntesis de la hormona tiroidea en el tiroides y es probable que alteren el desarrollo del cerebro.
Lo mismo ocurre con las sustancias que inhiben las enzimas sintetizadoras de hormonas tiroideas o las enzimas que las activan. Las sustancias químicas que desplazan a las hormonas tiroideas de las proteínas transportadoras en la sangre también son un problema.
«En muchas zonas del interior de la UE, el suministro de yodo a la población es insuficiente, lo que la Organización Mundial de la Salud considera preocupante”. La exposición a sustancias químicas que alteran el sistema de la hormona tiroidea aumentará la carga de enfermedad resultante, sugiere el profesor.
En la UE, las únicas pruebas que actualmente figuran como requisitos de información se refieren a los cambios en los niveles sanguíneos de las hormonas tiroideas y a los cambios físicos en la glándula tiroidea.
«La hipótesis que subyace a esta estrategia es que las alteraciones en los niveles de hormonas tiroideas en sangre se traducen en cambios similares en los lugares donde actúan las hormonas, como en el cerebro en desarrollo», explica el profesor Kortenkamp.
«Pero hoy sabemos que esta suposición no siempre es correcta. Las alteraciones de los niveles de hormonas tiroideas en la sangre son indicadores importantes, pero no revelan el panorama completo. Sabemos que existen trastornos hereditarios en los que las mutaciones genéticas hacen que ciertos transportadores de hormonas tiroideas o receptores hormonales sean disfuncionales. Esto significa que, o bien la hormona no llega al cerebro, o incluso si lo hace, no puede actuar porque el receptor es incapaz de transmitir el mensaje. Esto provoca impactos catastróficos en el desarrollo del cerebro, pero los cambios que acompañan a los niveles de hormona tiroidea en sangre son relativamente pequeños y pueden pasarse por alto fácilmente.»
Es factible que ciertas sustancias químicas puedan interrumpir significativamente el suministro de hormonas tiroideas al cerebro en desarrollo sin alterar los niveles de hormonas tiroideas en sangre. «Tales sustancias químicas simplemente se pasarían por alto con las pruebas reglamentarias actuales«, afirma.
En los últimos 15 años se ha desarrollado una amplia gama de nuevos métodos de prueba in vitro, que abordan muchos puntos de entrada para alterar el sistema de la hormona tiroidea, incluyendo la inhibición de la captación de yoduro y la síntesis de la hormona, dice el profesor Kortenkamp.
Pero como todavía no están validadas, las pruebas no forman parte de los requisitos de datos y pruebas de la normativa de la UE. «Esto pone a los evaluadores de riesgos y a los productores en una posición increíblemente difícil. Tienen que decidir sobre el estatus de las sustancias químicas como Disruptores Endocrinos sobre la base de datos incompletos e insuficientes«, indica Kortenkamp.
Siguen siendo necesarios más ensayos que capten los procesos de transporte al cerebro, a través de barreras fisiológicas como la placenta o la barrera hematoencefálica. «La mayor dificultad, sin embargo, está en medir los efectos posteriores en el cerebro«.
Avances del Proyecto ATHENA
El profesor Kortenkamp coordina un proyecto financiado por la UE llamado ATHENA, que tiene como objetivo cerrar las brechas críticas en los métodos de prueba para los productos químicos que alteran el eje de la hormona tiroidea. El proyecto es uno de los ocho que forman el Grupo Europeo para Mejorar la Identificación de Disruptores Endocrinos (EURION), que se puso en marcha en 2019 y está financiado por Horizonte 2020.
«Las consecuencias descendentes del suministro insuficiente o excesivo de hormonas tiroideas en el desarrollo del cerebro es la brecha más grave. Estamos trabajando arduamente para mejorar esta situación en ATHENA«, afirma. Los socios del proyecto también están trabajando en la mejora de los métodos de ensayo para captar la inhibición del transporte de la hormona tiroidea a través de la placenta y la barrera hematoencefálica.
«Algunos de los transportadores ya están bien caracterizados, pero es probable que haya otros transportadores de la membrana celular. Los laboratorios asociados al proyecto ATHENA están ocupados en intentar cubrir también este aspecto.” Afirma el profesor Kortenkamp.
El trabajo del proyecto ATHENA también apunta a «signos esperanzadores» de que las neuronas mal colocadas que aparecen en la materia blanca de un cerebro en desarrollo podrían ser un punto final adecuado para medir las consecuencias de un suministro insuficiente de hormonas tiroideas.
Las cosas avanzan con paso firme en la dirección correcta. Además de destacar los proyectos de EURION, el profesor Kortenkamp señala una reciente asociación público-privada francesa llamada PEPPER, cuyo objetivo es proporcionar el eslabón que falta entre la investigación y la validación más rápida de los métodos de prueba de Disruptores Endocrinos.
Fuente: https://chemicalwatch.com/220236/andreas-kortenkamp-on-the-urgency-of-new-test-validation-for-endocrine-disruptors